historias en Batalla Constante…

Había una vez un niño llamado Sasuke. Sasuke estaba enamorado de Trevor, y cuando otro hombre le hablaba, se ponía tan celoso que luego le amenazaba con cortarle su rifle. Pero no pudo, porque luego Vladimir se opuso. Sasuke luego se enamoró de Vladimir y ahora Vladimir no sabe cómo escapar de esa relación tóxica.
A medida que los días pasaban, Vladimir se encontraba atrapado en un torbellino emocional. Por un lado, estaba agradecido de haber ayudado a Sasuke a superar su enojo irracional y celos, pero por otro lado, se dio cuenta de que había caído en una relación que lo estaba sofocando. A pesar de sus esfuerzos por conversar con Sasuke sobre la situación, las conversaciones terminaban en discusiones amargas y más amenazas veladas.
Una tarde soleada, mientras paseaban juntos por el parque, Vladimir reunió el coraje para abordar el tema de manera franca. Sentados en un banco junto al estanque de los patos, Vladimir miró a los ojos de Sasuke y dijo con voz firme pero apacible: “Sasuke, sé que nuestras emociones son complicadas, pero esta relación está lastimándonos a ambos. Necesitamos encontrar una manera de ser felices sin lastimarnos mutuamente”.
Sasuke bajó la mirada, sus ojos reflejaban una mezcla de tristeza y reflexión. Después de un momento, suspiró y asintió lentamente. “Tienes razón, Vladimir. No está bien lo que he estado haciendo. Mi celos y mi ira no son justificables. No quiero perderte por mi comportamiento tóxico”.
Vladimir sintió un atisbo de esperanza al escuchar las palabras de Sasuke. Ambos sabían que el camino hacia una relación saludable sería difícil, pero estaban dispuestos a intentarlo. Decidieron buscar ayuda profesional para aprender a manejar sus emociones y superar los problemas que habían estado enfrentando.
Con el tiempo, a través de terapia y trabajo arduo, Sasuke comenzó a controlar sus celos y a construir una confianza más sólida en su relación con Vladimir. Vladimir, por su parte, aprendió a expresar sus propias necesidades de manera efectiva y a establecer límites saludables.
A medida que Sasuke y Vladimir trabajaban en su relación, sus amigos y conocidos no podían evitar hacer comentarios irónicos y picantes sobre su historia. “¡Vaya, vaya, el drama romántico del siglo!” bromeaba uno de sus amigos mientras les daba palmaditas en la espalda. “¿Quién necesita telenovelas cuando tenemos a Sasuke y Vladimir?” decía otro con una sonrisa traviesa.
Incluso los patos del estanque parecían observarlos con interés, como si estuvieran esperando ver el próximo giro dramático de la trama. “¡Cuack! ¡Cuack!” decían en coro, como si fueran los comentaristas más sabios de esta peculiar historia de amor.
Sin embargo, entre las risas y los comentarios sarcásticos, había momentos de tristeza y frustración. Sasuke y Vladimir enfrentaron desafíos difíciles mientras lidiaban con los patrones arraigados de comportamiento tóxico. Hubo lágrimas y discusiones apasionadas, momentos en los que ambos se preguntaban si valía la pena continuar luchando por la relación.
En una noche particularmente tensa, después de una discusión agotadora, Sasuke miró a Vladimir con los ojos húmedos y dijo en un susurro triste: “A veces me pregunto si algún día podremos superar todo esto y tener una relación normal”.
Vladimir tomó su mano y la apretó suavemente. “Sasuke, lo que estamos haciendo aquí no es común ni fácil, pero estamos trabajando en ello. No hay una fórmula mágica para las relaciones, solo esfuerzo constante y amor sincero”.
A medida que el tiempo pasaba, las risas se mezclaban con lágrimas y los momentos tiernos con las frustraciones.
A medida que Sasuke y Vladimir navegaban por los altibajos de su relación, el mundo exterior parecía desvanecerse en segundo plano. Las risas y los comentarios burlones de sus amigos se desvanecieron en insignificancia mientras se sumergían en la profundidad de sus propios sentimientos.
Las noches tranquilas se volvieron su refugio, cuando se abrían el uno al otro en conversaciones largas y honestas. Sentados en la terraza bajo el manto estrellado, Sasuke confesó sus inseguridades con una voz suave, casi temblorosa. “Vladimir, a veces siento como si no fuera suficiente para ti. Tus amigos, tus intereses… me comparo constantemente y me siento inadecuado.”
Vladimir tomó su mano y miró directamente a sus ojos. “Sasuke, tú eres lo suficientemente especial para mí. Tus risas, tus gestos, cada pequeña cosa que haces, eso es lo que me atrajo desde el principio. No hay comparación con nadie más, porque eres único en mi vida”.
A medida que compartían sus vulnerabilidades, su conexión se profundizaba. Los amigos, que en un principio habían encontrado la situación graciosa, comenzaron a ver el genuino esfuerzo y amor que había entre ellos. Algunos pidieron disculpas por las bromas pasadas, admitiendo que no habían comprendido la magnitud de los desafíos que enfrentaban.
Un día, mientras paseaban nuevamente junto al estanque, uno de los patos nadó hacia ellos, como si quisiera unirse a la conversación. Sasuke sonrió y dijo en tono ligero: “Incluso los patos parecen estar al tanto de nuestra historia complicada”.
Vladimir rió suavemente y respondió: “Parece que hemos sido entretenimiento para todo el reino
El pato emitió un suave graznido, como si estuviera dando su aprobación. En ese momento, Sasuke y Vladimir se miraron y comenzaron a reír juntos, liberando tensiones acumuladas.
Con el tiempo, sus momentos íntimos se convirtieron en un bálsamo para las heridas emocionales. A medida que sanaban juntos, su relación se fortalecía y se convertía en un refugio seguro en medio de un mundo caótico.
Las lágrimas compartidas, los abrazos apasionados y las palabras reconfortantes se convirtieron en el tejido de su historia. Cada pequeño paso adelante era un recordatorio de su resiliencia y amor inquebrantable el uno por el otro. Y mientras continuaban su camino, Sasuke y Vladimir sabían que, sin importar los obstáculos que enfrentaran, estaban juntos en esta travesía, escribiendo su historia única y sincera de amor y crecimiento.
FIN